los Hechos de los apóstoles, entonces sí podemos hablar de una crisis. No queremos mantener los ojos cerrados ante la situación. Queremos llevar a nuestra gente a un avivamiento pentecostal. Que nuestros hermanos y hermanas, siervos y siervas, ancianos, jóvenes y niños tengan la llenura del Espíritu. No podemos afrontar la crisis social, económica y moral que vive nuestro país sin el poder de lo alto. Anhelamos que las congregaciones sean visitadas por Dios y que su presencia sea confirmada por las
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